Mi Primera Entrada

No Tengo costumbre de escribir blogs. Quería que ésta fuese mi primera frase, para que quien me lea no se sienta extraño leyendo palabras que bien podría haber oído, me refiero a mi dialéctica, puede resultar chocante.

He estado reflexionando sobre si debía o no abrir un blog, la verdad la idea de expresar mis opiniones en un ambiente público no me atrae, pero estoy cansado de estar en silencio y ver cada día lo mismo...

Una incesante sucesión de bombardeos mediáticos que se cierne sobre nosotros con la estúpida justificación del morbo y lo ajeno, la verdad, ya basta.

Para quien no me siga (ya he dicho que escribiendo puedo ser un poco extraño) voy a poner un ejemplo práctico, una manaña en Saint Gaudens, a las 7:55 am.

Me despierta mi radiodespertador con ése unísono pitido ronco, hasta que no soy capaz de soportarlo más, una ducha y a tomar un café. Enciendo la tele, primero T5, luego A3, si en una ponen el sórdido resumen de la jornada anterior (No llegaré a entender por qué a la gente le gusta tanto) en la otra estarán sacando a varios sudafricanos apaleando hasta la muerte a otro, en un lejano país al borde de la guerra civil, o lo que es lo mismo, apago la tele con el estómago medio revuelto, cojo los trastos y me dispongo a coger el coche para ir a trabajar.

Cinturón, giro de llave, radio. El programa de Anda ya. Se trata de una tribu de gritones adultos con ideas pseudo-infantiles que se dedican ha hacer verdaderas putadas telefónicas, a hacer sufrir a gente para aumentar su cuota de morbo diaria (me dan asco). Evidentemente no están poniendo música, así que como la COPE es inaudible, presiono el botón 5 (la ser). Noticias. Son las 8:00 y llevo casi 20 minutos conduciendo, escucho noticias y las enseñanzas morales de un locutor de radio que dice que es un periodista imparcial, pero no para de hacer comentarios marcadamente políticos (¿imparcial no significa que lees la noticia y punto, sin dar interpretaciones?!!!) Entonces es cuando me pongo mi música favorita y me abstraigo diez minutos antes de entrar a trabajar...

Si nos detenemos a contar a la cantidad de gente (estúpida) que llegamos a escuchar al día, mejor no, tan sólo una hora antes de entrar a trabajar, nos daremos cuenta de una terrible realidad: EN ESPAÑA SE VIVE DEL MORBO Y DE LO AJENO.

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