De todos es sabido que lo que les gusta a las grandes empresas es ganar dinero. És su tarea, su cometido, hasta ahí podemos estar de acuerdo o no.
Podemos discutir sobre el impacto social de una empresa en una comunidad, de lo positivo y lo negativo, pero todos coincidiremos que a la mayoría de empresas, su impacto social le es indifirente, o lo que viene a ser lo mismo, le da igual.
Cuando una empresa deja de ser rentable en una comunidad, ésta se marcha a otra. ¿Necesitamos Empresas?
En África nunca había habido paro hasta que llegó el hobre blanco y sus empresas. Ésto era así porque las personas que compartían una misma comunidad se repartían las tareas entre sí y todos tenáin algo en qué trabajar.
No había competencia, todos generaban riqueza y la riqueza era de todos. Tuvimos que llegar nosotros para que éso cambiara, imponer nuestro sistema de gobierno, nuestro sistema político y por supuesto, con la excusa del desarrollo, nuestras empresas.
Nuestro modelo socioeconómico impone una competencia natural para con otros seres humanos, potenciando el individualismo y el proteccionismo. De ahí nacen nuestros verdaderos verdugos. El hecho de que alguien sienta miedo de perder su trabajo (su dinero y otros bienes) le obliga a protegerse (americano total) y a crear barreras legales para protegerse (Leyes de patentes, leyes de comercio, etc etc)
Los humanos que, tan ciegamente se aferran a ése montón de papeles que creen que los protegen no son capaces de ver la realidad, es decir; que esa montaña de papeles no es más que una montaña de papeles, que no solo no le protegen de nada, si no que lo obligan a ceñirse a un comportamiento autodestructivo que acaba devorándole (luego explico ésto) e imponiéndole una montaña de obligaciones morales que no ha podido decidir y sobre la cual no tiene ninguna influencia. Su pasión; voluntariamente aceptada; y da gracias de ello.
Cada vez que oigo a alguien hablando sobre la protección del conocimiento, leyes antifraude, beneficios sociales de las empresa, globalización, desarrollo o algo del estilo me dan náuseas.
Ésta vorágine autodestructiva (llamada desarrollo, globalización o cualquier otro sinónimo que se te ocurra) acabará derrochando todos los recursos de nuestro planeta, acabará trasladando a la sociedad problemas que no tenía (guerras, hambrunas y sequías) sólo para que unos pocos sigan llevando su ritmo de vida...
No podemos hacer nada ¿no? No estoy de acuerdo. Creo que la solución es muy sencilla: No hay que tener miedo al futuro, menos aún al cambio.
Una sociedad sin miedo sería capaz de aceptar cualquier futuro, dijeran lo que dijeran sus gobernantes.
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